Tras la ruta rodadora del sábado
y que el resto de la gente se tomaba el domingo de descanso, decidí ir en busca
de una bajada que tenía muchas ganas de hacer y que había llegado a mi poder
hace poco tiempo, Las Zetas de Benito.
Es una ruta de “descubrimiento”, donde lo único que busca son nuevas bajadas, sin prisa. Salí bastante más tarde de lo habitual con la única intención de
hacer esa bajada, una ruta corta de apenas 20kms donde el éxito de la ruta
dependía única y exclusivamente de esa bajada, aunque bien es verdad, que el que
me la pasó era 100% de confianza, por lo que iba relativamente tranquilo.
La ruta comienza subiendo desde
la primera pelada, y va a ser así durante los primeros 11 kilómetros de la
ruta. Tomo
el camino del Cordel del Valle que nos llevará hasta las “Zetas” del monte
Malangón y sus conocidas 17 curvas. Las “zetas” tienen una
pendiente media del 10% y máxima del 18,2%, donde la mayor pendiente y
dificultad está en las curvas de las “zetas”, algunas de ellas con escalones de
raíces y/o piedras.
Alto Malagón |
Hoy se nota que he salido más
tarde ya que me encuentro con un par de grupos numerosos de “rally”, uno de
ellos me pasa como alma que lleva el diablo, al otro grupete lo pillo yo,
alguno se auto critica al verme con mis 180mm de recorrido pasarle en plena
subida, intento animarle le digo que la Torque sube muy bien para su recorrido,
aunque no sé si le sirve de algo.
Las “zetas” terminan en un
camino ancho de arena que nos llevará hasta el alto de Malagón tras unos 3 kms
de subida, una parte del camino es de arena prensada y la mayor parte de
asfalto o cemento desgastado, pero si ninguna dificultad más allá de la propia
pendiente. Este tramo tiene una pendiente media del 9,3% y máxima de 21,9%.
Cruz de Abantos |
Una vez coronado el alto de
Malagón, continúo hacia el camino de la Cañada Real Leonesa que nos servirá de
nexo de unión con el camino que tomaremos más adelante a la derecha y que nos
llevará al pico de Abantos. Hoy este camino no va a ofrecer las maravillosas
vistas que tiene del Escorial, según avanzo la niebla se va haciendo más espesa
hasta que llega un punto en el que no se ve más lejos de 20m. Justo antes de llegar
al pico de Abantos, tomamos un sendero en piedra suelta en subida de cerca de
1km que nos llevará hasta la Cruz de Abantos.
Una vez en la Cruz de Abantos
(1745m altitud) me tomo mi merecido descanso, aunque hoy más breve de los
normal para no quedarme frío por a la niebla y humedad, me pongo las “protes” y
me pongo a buscar la bajada.
Menos mal que iba con el GPS, porque
incluso con él no encuentras fácilmente la entrada a la bajada, es más por un
momento pensaba que tenía que quitarme las protecciones y pillar un paracaídas porque
sólo veía grandes cortados. Tras un rato de búsqueda veo algo que puede ser el
inicio de la bajada, me voy acercando hasta que efectivamente confirmo que esa
es la bajada de las Zetas de Benito, la primera impresión es que estaba delante
de la bajada de la “Tubería” pero más bestia.
Comienzo a bajar y como he
comentado la sensación es de estar en la bajada de la Tubería, aunque el tamaño
de las piedras es considerablemente mayor, tanto que cuando me paro para hacer
una foto cuenta arrancar. Las “Zetas” son zetas de verdad, curvas más de 90º
donde no puedes bajar demasiado la velocidad para no atascarte con las piedras,
pero tampoco puedes ir muy deprisa porque el ángulo de la curva no te lo
permite, la verdad es que este inicio te obliga a ir con todos los sentidos.
El tramo de piedras se salpica
con algunos pasos más técnicos que hacen que mi disfrute encima de la bici se
incremente en cada metro de bajada.
En uno de las paradas que hago
para hacer alguna foto me fijo en donde me encuentro, y de repente caigo en la
soledad y el silencio en el que estoy, atrás quedaron todos los grupos de
ciclistas que me encontré en el camino de subida y que ahora andarán de bajada
por el mismo sitio por el que han subido, o por alguna de las conocidas
bajadas, pero ni rastro de gente o ruido por esta zona. Yo y mi bici, una
soledad que a mí me engancha, y una niebla que le da un toque muy especial.
Según voy descendiendo la
cantidad y el tamaño de las piedras va disminuyendo hasta que entramos en un
sendero que discurre por un pinar. El sendero es muy parecido a las Zetas del
Malagón que he subido antes, pero infinitamente más virgen lo que hace que esté
cubierto totalmente por las agujas de los pinos, se nota que por aquí poca
gente pasa.
El pinar nos deja en un camino
principal que tomamos a mano izquierda para apenas 50m después tomar otro
sendero que sale a mano derecha. Este sendero es sencillo y corto, y aquí ya me
encuentro algún senderista ya que estamos muy cerca del Escorial, pero sigo sin
ver ciclistas. Este sendero termina en una zona de grandes rocas donde nos
guarda un fin de fiesta divertido con una gran losa de roca y paso entre rocas
que nos dejan en la subida a Abantos pero la que viene desde el Hospital del
Escorial, por lo que toca hacer parte de la subida para volver hacia el
Monasterio del Escorial.
Al acercarme a los coches me meto
por una puerta que sigue bajando para coger un sendero muy bonito que transcurre
por un boque de árboles con las hojas amarillas y el suelo completamente
cubierto de hojas. Un perfecto broche final
Conclusiones de la ruta:
- Las Zetas de Benito es posiblemente la mejor bajada de la zona, todo un descubrimiento que junto a otras bajadas de la zona puede dar lugar a rutas de Enduro espectaculares.
Perfil de la ruta:
El GPS en una zona perdió la señal, por eso la parte final de la bajada sale mal y da un Desnivel máximo de bajada de 159%