sábado, 29 de enero de 2011

Hoyo - Peñaliendre - Cascada Covacho - Hoyo (nevada)

Las rutas realizadas en este 2011 han sido rutas “rodadoras”, por pistas, sin demasiada dificultad, por lo que tenía ganas de hacer alguna ruta con más piedra, trialeras, senderos, en resumen, algo más técnico y divertido, y lo más cercano que tenemos de Las Rozas es Hoyo de Manzanares, todo un privilegio.
Después de varias rutas por Hoyo había preparado un track mezclando las mejores zonas de cada una de ellas y tenía ganas de fundirme. A las 8:30 había quedado con Javier que se había apuntado a la salida a través del blog, parece que poco a poco va cumpliendo su objetivo de conocer gente de Las Rozas y alrededores, y allí estábamos los dos puntuales a la cita. Acabábamos de llegar a Hoyo y ya llevábamos dos sorpresas, la primera es que no había niebla como en Las Rozas y el cielo estaba despejado, la segunda es que había nieve.
Arrancamos la ruta en dirección Los Peñascales para arrancar por un terreno sencillo más que nos sirva para calentar, pero tan pronto como dejamos el asfalto nos encontramos con la nieve, en los caminos no han pasado las quitanieves y la nieve caída es mayor de lo que parecía donde habíamos aparcado los coches aunque de momento es un problema, además hay huellas de vehículos que han pasado que te permiten seguirlas sin ir por la nieve. Al final de este primer tramo nos encontramos más nieve que cubre totalmente el camino, es nieve dura pero no está helada, y el sonido al pasar con la bici por ella es ensordecedor y molestísimo, lo que hace que al acabar este tramo sea un alivio. Cruzamos la M-618 que nos servirá de enlace para coger un tramo que nos llevará por detrás de Hoyo.
Aunque parezca mentira, y en escasamente 100m de distancia las condiciones de la nieve cambiaron totalmente, ahora la nieve era nieve polvo por lo que la rueda se hundía sobre la nieve, y el camino tenía mucha más nieve que el que acabábamos de dejar. Esta nieve en polvo hace el camino mucho más pesado, cuesta muchísimo más avanzar y según avanzamos la nieve va aumentando hasta que el camino queda totalmente cubierto por la nieve. Llegados a esta zona en algunos tramos de subida se hace imposible seguir encima de la bici ya que la rueda no consiga la tracción suficiente, si a esto le sumamos que al estar el camino totalmente cubierto por la nieve no ves piedras, ni desniveles hace de este tramo toda una aventura.
Huella dejadas en la nieve al paso con las bicis
Al terminar este tramo y debido a lo complicado que está el camino, y el esfuerzo que hace falta para avanzar en la nieve, hay que dar pedales incluso cuesta abajo, decidimos modificar la ruta en busca de otra zona donde haya menos nieve. Para ello, volvemos hacia el pueblo de Hoyo y lo atravesamos dirección la Berzosa y la decisión es todo un acierto, según descendemos hacia la Berzosa la nieve desaparece.
Arroyo Peregrinos


Llegados a la Berzosa cogemos un camino que sale a la derecha en descenso que nos llevará hasta el Arroyo de Peregrinos, antes me había comentado Javier que le gustaba mucho bajar y desde luego no ha tardado en demostrarlo, no sólo le gusta bajar, es que además baja muy bien. Una vez en el Arroyo de Peregrinos toca cruzarlo a pie ya que parece que el cauce va alto y tenemos posibilidades de quedarnos en el medio, y no está la climatología para mojarnos, por lo que buscamos un sitio por donde poder cruzarlo.


Una vez cruzado el arroyo ahora todo el camino es de subida, hasta que llegamos al cruce donde o regresamos o subimos Peñaliendre, y cuando se junta el hambre con las ganas de comer sólo hay una opción, subir Peñaliendre. De momento seguimos sin noticias de la nieve, pero según pasamos la barrera donde comienza el desvío para subir a Peñaliendre empezamos a tener nieve en los laterales  del camino, pero nada que ver con lo que nos encontraremos más adelante. La cantidad de nieve crece exponencialmente al incremento de altitud, hasta que llega un momento en el que el camino está totalmente cubierto, y si la subida a Peñaliendre es complicada y técnica por el desnivel y los escalones de piedra que tiene, tapados con la nieve es toda una experiencia, aun así, pudimos realizar gran parte del recorrido sobre la bici, pero en algunas zonas tocaba poner pie en tierra.

Subida a Peñaliendre
Subida a Peñaliendre




















Hablando de "pies", durante la subida había algunas huellas de algún animal pequeño sobretodo al inicio, pero en la parte final aparecieron unas huellas que nos tenían un poco "mosca" porque además de grandes, no conseguimos identificar a qué animal podrían pertenecer.

Huellas "misteriosas" subida Peñaliendre
Al final coronamos Peñaliendre con la satisfacción de haberlo conseguido en estas condiciones, las piernas más cargadas de lo habitual por el esfuerzo extra de la nieve y la duda de saber cómo haremos una bajada que está totalmente cubierta de nieve cuando de por sí ya es una bajada complicada.

PeñaLiendre

El "Tubo" bajada Peñaliendre
Después de las oportunas fotos y recuperar las fuerzas nos tiramos para abajo, y la verdad es que excepto sustos puntuales, la bajada la pudimos hacer sin mayores problemas, e incluso la parte del “tubo” como un día cualquiera porque la nieve no había conseguido entrar hasta el camino, la nieve iba desapareciendo según bajábamos hasta desaparecer totalmente al finalizar la bajada. Desde este punto decidimos ir a la cascada del Covacho y desde aquí subir la pared de roca que nos volvía a llevar camino de Peñaliendre. Una vez en el cruce que nos vuelve a llevar a Peñaliendre o de regreso al arroyo de Peregrinos, cogemos un sendero que sale un poco más a la izquierda, un sendero estrecho en bajada de curvas peraltadas que hace las delicias de Javier y mías hasta que volvemos a desembocar en el arroyo de Peregrinos, pero en un punto más arriba por el que ahora sí podemos cruzarlo sin mayores problemas.
Bajada Peñaliendre
Desde este punto el camino es cuesta arriba hasta llegar de nuevo a la Berzosa, subida muy entretenida con partes por roca y repechos duros y cortos en senderos estrechos que nos hacen disfrutarlo al máximo, como comentábamos al final y los dos coincidíamos, este tipo de terreno se disfruta igual subiéndolo que bajándolo.
Llegados a la Berzosa y dado que la nieve nos ha demorado la ruta más de la cuenta, decidimos tomar el camino de regreso a los coches, pero en lugar de ir por la carretera que nos lleva  directo a Hoyo tomamos un desvío para ir por un camino que va en paralelo por arriba, y aquí nos llevamos una buena sorpresa ya que hasta llegar al camino que va en paralelo a la carretera nos tocó hacernos un “extra” de más de 2kms en subida que en algunos tramos llegaban hasta el 11,5% de desnivel. Superada la “sorpresa” cogimos el camino que nos lleva hasta los coches para dar por finalizada una jornada que tuvo de todo un poco, pero sobretodo mucha nieve, algo nuevo para mí.
 Como conclusiones de la ruta:
- Respecto a la ruta anterior de Peñaliendre en esta ruta la subida comienza desde más abajo, arroyo de Peregrinos, lo que la hace más dura. 
- El descubrimiento del nuevo sendero en bajada que sale desde el cruce entre cascada del Covacho y Peña Liendre.
Perfil de la ruta:


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